Perro cariñoso busca pareja

A punto de cumplir dos años, a Donnatela ya le gustaría «tener un novio con el que crear una familia». No lo dice ella, una hembra de bulldog francés, sino su dueño, Francisco, que ha puesto un anuncio en la «agencia matrimonial» de una tienda madrileña de animales para que su «supercariñosa» mascota tenga descendencia. Si Donnatela tiene suerte y conoce al perro de su vida, esta empresa les ofrecerá formalizar su «relación», además, mediante una boda.
Ocho parejas caninas ya se han «casado» en Madrid por este rito, bastante similar a un enlace matrimonial entre humanos, según explica Jesús Capracci, el responsable de comunicación de la empresa Pet à Porter.

A estas «bodas» acuden vestidos de gala tanto los contrayentes como los invitados -perrunos y humanos-. En la ceremonia no faltan los simbólicos anillos, aunque sustituidos por chapas conmemorativas para los animales, según detalló Capracci a Efe. Las arras, a su vez, son reemplazadas por pequeños huesos, y tampoco faltan el «altar», el banquete o la alfombra roja. Unos clásicos matrimoniales, aunque sea para unir a dos perros.

La empresa cobra por organizar este rito unos 800 euros, prosigue su responsable, que sostiene que la iniciativa está teniendo cada vez más éxito.
«Lo de la boda a mí no me interesa para nada, yo he apuntado a mi mascota para que monte a una hembra de su raza», apunta Pedro González, uno de los usuarios de la «agencia matrimonial» de esta empresa. Koa, su perro, es un bulldog francés con pedidrí a punto de cumplir un año. Como algunos otros usuarios de esta «agencia», su dueño sólo quiere que su mascota tenga descendencia con otro animal de su raza y no tiene ningún interés en celebrar enlace cualquiera: «Es una forma de encontrarle pareja, porque las hembras suelen elegir a los machos y resulta complicado». La agencia, en todo caso, fija este simbólico enlace como opcional: lo importante es que los perros puedan conocerse y tener descendencia con otros de su misma raza. Si por ejemplo surgiera el «flechazo» entre Koa y Donnatela, ambos bulldog franceses, lo habitual en estos casos es que el propietario del macho solo se quedara con un cachorro de la camada y el resto fueran para los dueños de la hembra, explica el propietario de Koa.

También hay algún caso de dueño que ni siquiera quiere los ansiados cachorros de la posible relación de su perro. «No tendría sitio en mi piso, lo único que pretendo apuntando a mi Casper en la «agencia» es que el pobre tenga una experiencia», explica Violeta, madrileña propietaria de un beagle macho de cuatro años con pedigrí y que su dueña define como «muy atractivo».

«Busco perrita que me quiera»

«Busco una perrita que me quiera mucho para formar una familia», reza su anuncio en la página web de empresa Pet à Porter.

Como en todos los casos, una foto de cada animal ilustra el texto con las características (de la mascota) y las intenciones (del dueño). Violeta, como en otros casos, no está ni mucho menos interesada por la «boda canina»: «No tenía ni idea y, la verdad, me parece una bobada», zanja. La empresa cuenta con servicios de peluquería, regalos e higiene para las mascotas, especialmente para los perros. La empresa está convencida de los beneficios de estos «enlaces matrimoniales», para que, al menos, los animales y sus dueños se vean de vez en cuando. Algunos perros, en todo caso, tienen otras prioridades: «Es muy bueno y busca novia desesperadamente, tiene a su novia de peluche destrozada», describe Ana a su perro Frodo.

ABC, 19/11/2007