Gucci, un pomerania de un año y medio, es una graciosa bola sedosa que ama las caminatas en el parque. Y puede ser su perro por un día como parte de un nuevo servicio de alquiler de compañías caninas.
Es que vivir en Londres, con un jardín apenas más grande que la superficie de una manta y jornadas laborales que se extienden aún más por el tiempo que lleva trasladarse a la oficina, no parece lo más apropiado para tener un perro.
A pesar de esto ¿cuántos no querrían tener un amigo de buen pelaje para sacar a caminar?
Para muchos amantes de los animales en Gran Bretaña, la idea de compartir una mascota podría estremecerlos un poco. "Un perro es para toda la vida, no sólo para navidad", dice un slogan de las sociedades protectoras de animales muy arraigado en la comunidad. El mensaje alude a la realidad de las organizaciones dedicadas a rescatar animales, cuyos refugios están llenos de perros entregados por propietarios que no tienen tiempo o la voluntad de seguir cuidando a las mascotas que recibieron como obsequio o incluso compraron para sus hijos. Por esta razón, quizás no es tan descabellada la idea de la compañía Flexpetz, dedicada con éxito al alquiler del mejor amigo del hombre en ciudades estadounidenses como Nueva York, San Diego y Los Ángeles.
¡Cuidado con el precio!
Flexpetz decidió abrir en Londres su primera sucursal fuera del mercado de EE.UU. ofreciendo sus servicios por un precio que a más de un humano lo llevaría a morderse la cola: US$560, más algunos extras por dejar y recoger la mascota de su casa en una semana. Es casi el doble de lo que en la actualidad cobra en EE.UU., pero la compañía justifica sus precios en que los costos de mantenimiento y de gastos en veterinaria son mucho mayores aquí, lo que explica la disparidad.
La clientela a la que apuntan es la misma que ya tienen en Los Ángeles y Nueva York: habitantes de la ciudad cuyo ritmo de vida les hace difícil ser propietarios de animales a tiempo completo. Hasta el momento, dice Flexpetz, se han inscrito unas 100 personas interesadas en contratar sus servicios.
El primer trabajador
Hasta el momento Gucci es el primer y único trabajador canino de Flexpetz en Londres. Pero según la representante de la compañía, Pippa Woolard, dentro de poco tendrán más en oferta. En Nueva York siempre tienen cinco perros disponibles. La mayoría de su plantel en Estados Unidos está compuesto por mascotas a las que sus dueños renunciaron porque no tenían tiempo para dedicarles. Otros, proceden de criaderos o bien son antiguos perros de exposición.
La esperanza es que un cliente se enamorará de alguno de ellos y lo adoptará, una vez que vean si el animal se adapta a su estilo de vida", comenta Pippa Woolard. En tal sentido, indica que todos los perros están disponibles para adopción, por supuesto, a un precio que se debe negociar con la empresa.
Gruñidos
Toda esta idea de alquilar una mascota se ajusta a las tendencias de la vida moderna. El economista estadounidense Jeremy Rifkin sugiere en su libro "La Edad de la Accesibilidad", que el mundo está girando de un énfasis en poseer cosas, a otro en el que sólo se quiere tener acceso a su usufructo. De todos modos, es difícil pensar cómo se puede disfrutar de la verdadera compañía de un animal si sólo se lo ve unos cuatro días al mes.
El servicio ya ha causado más de un gruñido entre expertos en comportamiento canino y representantes de la Real Sociedad para la Protección y Cuidado de los Animales (RSPCA). "Habrá, ciertamente, un impacto emocional en los perros que serán llevados de un dueño a otro, de un hogar a otro, para finalmente ser traídos al refugio hasta que alguien decida que lo quiere llevar de vuelta", dice el veterinario David McDowell. "La mayoría de los perros necesitan la seguridad que les suministra la rutina adecuada de un único amo y sin esto, pueden terminar sintiéndose muy infelices y traumatizados", agrega.
Idea original
Dowell aconseja que -en lugar de alquilar una mascota- si alguien está desesperado por un perro, debería trabajar en forma voluntaria en cualquier centro del RSPCA u hogar para animales abandonados.
La polémica parece no afectar a Marlena Cervantes, fundadora de Flexpetz, una ex psicoterapeuta conductista especializada en niños con autismo. La idea de establecer una compañía de alquiler de perros, surgió mientras veía el comportamiento de varios de sus clientes en algunas sesiones en las que estuvo acompañada de su propio Labrador. "Por otra parte, compartí muchos años con mi novio una boxer llamada Valencia y la pasó muy bien teniendo dos hogares donde era amada", comenta. En cuanto a Gucci, Pippa Woolard, aclara que cuando no esté en servicio, siempre estará atendido por un cuidador, aunque no por ella, quien prefiere los gatos.
BBC, 23/04/2008