Cásper, maltratado hasta perder el oído

Su anterior dueño le arrancó la piel desde el cuello a la cabeza, incluso las orejas, y le abandonó ? Han hecho falta cinco meses de cuidados veterinarios desde su rescate por el Seprona en Palencia para curar todas sus heridas


Cásper tiene sólo un año y ya ha pasado cinco meses en una clínica veterinaria. El Seprona lo encontró en una área de servicio de Torquemada, en Palencia. Estos guardias civiles llevaron a Casper a la protectora de Palencia en abril. Allí fue Cristina Pascual, de la Asociación Amigos de Milord. Esta organización se encarga de recoger a los animales que más han sufrido, o los que peor perfil presentan a la hora de ser curados y después adoptados. «Cuando acudí a la protectora, que más bien es una perrera, y vi a Cásper en un habitáculo tuve que sacarle de allí inmediatamente. No estaba recibiendo ningún tratamiento veterinario pese a la gravedad de sus heridas». Por suerte sólo estuvo allí durante un día.
Cristina se llevó a Cásper directamente a una clínica veterinaria. No lo tenía nada fácil, su estado era crítico. El diagnóstico veterinario decía que Cásper presentaba una lesión por arrancamiento de toda la piel de la cabeza, con pérdida de piel, tejido subcutáneo y parte de tejido muscular con amputación traumática de las dos orejas, conservando la última porción del conducto auditivo externo. Lo asombroso de esta historia es que Cásper fue evolucionando favorablemente, mediante curas húmedas para recuperar su piel. Se produjo una regeneración del tejido, y lamentablemente uno de los conductos auditivos se perdió.
Ahora, Cásper, que es un cruce de caniche ya está recuperado. No tiene orejas, pero por lo menos escucha por uno de los orificios que le quedan. De momento sigue ingresado porque ayer le estirilizaron y se está recuperando, pero ya está dispuesto a ser adoptado. «Es increíble lo cariñoso y simpático que es con todo el mundo. Con lo que ha pasado y no guarda rencor a los humanos» comenta Cristina.
Posibles culpables
Lo curioso del caso de Cásper es que cuando Cristina lo recogió, el perro tenía el pelo cortado de peluquería. «Es imposible que alguien en su casa con tijeras le hubiera hecho ese corte, por eso lo primero que pensé es que alguien había robado a Cásper y luego le maltrató». Cristina se recorrió y llamó a todas las peluquerías y veterinarios de Palencia y pueblos de alrededor. «El peluquero tenía que acordarse de este perrito, pues el corte era muy reciente, pero nadie lo reconoció». La teoría de Cristina se acrecentaba, seguramente le robaron en otra comunidad y después lo abandonaron en Torquemada. Le hicieron fotos, carteles y se pusieron en contacto con los medios de comunicación. «Llegó a salir en la ‘‘tele’’, si hubiera sido un perro perdido o robado, los dueños se hubieran puesto en contacto con nosotros al ver a Cásper en internet o en TV». Pero no fue así.«Sinceramente creo que ha sido su dueño», asegura Crisrina. Además por desgracia este perro (como la mayoría de los que se abandonan) no tenía chip. No hay culpables para este delito de maltrato y posterior abandono del animal. Además de no oír por un oído, ha perdido el pelo en una zona de la cabeza, por lo que tendrá que usar protector solar cada vez que salga a la calle. La buena noticia es que Cristina ya ha encontrado a varias familias interesadas en la adopción de Cásper, «será cuestión de poco tiempo el que se lleve a trámite la adopción».
La asociación Amigos de Milord lleva menos de un año en funcionamiento y en este tiempo se ha encargado de casos realmente urgentes como el de Cásper. En la actualidad han rescatado a una galga que se llama Arwen, que estuvo a punto de perder las dos patas traseras. Afortunadamente, ya tiene una familia en Francia esperándola y este mes viajara a su nuevo hogar para terminar sus curas. No reciben ni subvenciones ni ayudas y no disponen de refugio. Mantiene gran cantidad de perros que han sido maltrados en residencias caninas y se hacen cargo de todos los galgos abandonados en Palencia capital y sus pueblos.

La Razón, 15/09/2007