Proliferan los hoteles de cinco estrellas sólo para perros

Algunos canes viajan a la Costa Brava en avión para hospedarse en cuartos de 6 metros cuadrados, con terraza propia y recinto con piscina

El Centre Caní de Pals es, según cuentan los fundadores, el equivalente de un hotel cinco estrellas: sus 37 cuartos de seis metros cuadrados, con terraza propia y piscina dentro del recinto residencial aseguran una gratísima experiencia para el perro y una conciencia totalmente tranquila para su dueño, que puede irse de vacaciones con la seguridad que el animal estará bien atendido y acompañado.

Hay dueños que viajan hasta Gerona o Barcelona en avión para acercar a su perro a la residencia de Pals y poder irse de vacaciones tranquilos. "Tenemos un cliente que viene cada año desde Mónaco", cuenta Andreu Manzano, dueño de este centro "cinco estrellas". "Lo nuestro es más vocacional que empresarial", añade este apasionado de los perros, que aclara que en su residencia sólo se aceptan canes de personas con una "filosofía de cariño, estimación y respeto al perro".

Los animales se pasan todo el día en el área de juegos de la residencia y sólo se les encierra en su cuarto para comer y dormir. También se les hacen terapias de sociabilización, para que cuando vuelvan a la ciudad tengan una actitud más amistosa hacia los otros perros, de modo que Manzano ve la estancia en su residencia como algo parecido a lo que experimentan los niños cuando van de colonias: "son 15 días jugando a tope".

Fenómeno en auge

Actualmente existen unas quinientas residencias caninas en España y el fenómeno "está de moda", según Manzano. Pero, como ocurre con los hoteles para personas, existen diferentes categorías. Algunas funcionan más como guarderías, con jaulas donde el perro pasa la mayor parte del tiempo; otras, en cambio, apuestan por la diversión del animal.

La elección del hotel canino resulta esencial. Joan Alejo, propietario de un perro, tuvo una mala experiencia con una de estas residencias. Cuando fue a recoger la mascota, la encontró "destrozada, muy nerviosa". Por este motivo, ayer visitó el Salón Internacional del Turismo en Cataluña con el objetivo de encontrar un lugar de fiar para poder irse diez días de vacaciones a México. Cuando se le pregunta si hospedar a su perro en una residencia a pensión completa y a 18 euros la noche no es un poco exagerado, reconoce que "la gente debe de pensar que estamos locos, pero no saben lo que uno llega a querer a su perro".

La Vanguardia, 24/04/2007