Tres años de espera para conseguir un perro guía

En Vigo hay 930 personas afiliadas a la ONCE, pero sólo cuatro de ellas cuentan con un lazarillo. Estos canes pueden entrar en todas partes. Los beneficiarios no pagan nada por este servicio.

Los perros guía pueden aportar un poco más de luz al camino de la gente que tiene problemas de visión. En Vigo, sólo cuatro personas disponen de un lazarillo que les haga más fácil caminar por la calle.

Y es que no es fácil hacerse con uno de estos animales. La lista de espera que tiene la Fundación Perro Guía de la Once es, de media, de unos tres años.

Los beneficiarios no pagan nada por este servicio, aunque uno de estos perros, con el adiestramiento y las características que tiene, puede costar entre 30.000 y 36.000 euros. Los canes nacen en la Fundación, en Madrid, y cuando tienen unas seis semanas se entregan a una familia educadora para que les enseñen a convivir en casa, a ir a cafeterías, al cine, en el bus... y que sepan mantener la compostura.

Cuando cumplen un año vuelven a la Fundación para entrenarse como guías: les enseñan a marcar escaleras o desniveles, a tolerar el arnés y luego se hace un curso con el propio usuario para que se conozcan y empiecen a trabajar juntos.

Tranquilidad y seguridad

Estos animales están entrenados para aportar tranquilidad y mejorar la seguridad de las personas ciegas en la calle, evitando tropezones, caídas y salvándolos de los obstáculos que se puedan encontrar.

Una de las peculiaridades de estos perros es que apenas ladran: saben, pero para no molestar nunca lo hacen. Además, llevan una acreditación de perro guía y tienen permitida la entrada en todo tipo de establecimientos: desde cines hasta restaurantes.

Sin embargo, siempre hay quien no está por la labor de ayudar a los demás. En Vigo, más de un taxista no ha permitido que un perro guía que acompañaba a una persona ciega se montase en su vehículo.

El testimonio Hebra es el nombre de la perra guía de Cristina Fernández, una viguesa con problemas de visión a la que este animal ha cambiado la vida. «Ésta es la segunda perra que tengo, la primera se llamaba Kaila, pero hace tres años descubrieron que tenía epilepsia y ahora está como animal de compañía con una familia de Ferrol», explica.

Con Hebra lleva un año y medio y está encantada. «Le tengo mucho cariño. Es como una sombra, pero llega un momento en que ya no se sabe quién hace sombra a quién. Ella entiende cuándo estoy de buen o mal humor», dice. Todos los días, el lazarillo se somete a un aseo y cepillado intenso. «En casa está cerca de ti: siempre atento a quien viene, por si es conocido o no», indica Cristina.

Pero una de sus mejores virtudes es la compañía que hace. «Tenemos miles de anécdotas juntas. Por ejemplo, cuando alguien te para en la calle para hablar, pierden el ritmo, y luego les cuesta volver a arrancar porque se desconcentran», dice la beneficiaria.

Sólo tres razas

La Fundación Once del Perro Guía trabaja con tres razas de perros: labrador, golden retriever y pastor alemán. Los animales de estas razas, y cruces entre ellas, son muy adecuados para la función que de ellos se va a solicitar, buscando, en todo momento, un correcto equilibrio temperamental. Son animales vivaces e inteligentes, con muchas ganas de aprender y gusto por el trabajo. El tamaño varía según la raza, el sexo y la edad, pero puede oscilar entre los 28 y los 45 kilos.

20 minutos, 25/03/2008