¡Feliz Navidad, Sansón!

La Plataforma en Defensa del Animal Abandonado salva a un perro de morir asfixiado por una soga que llevaba años atada en su cuello

No se me depriman los amantes de los animales porque esta historia tiene un final feliz. El perro se llama Sansón y quisieran que vieran ustedes la marca en carne viva que tiene el cuello. Durante toda su vida ha tenido una soga atada que le estaba asfixiando y que, sin duda, le iba a matar. Ahora el perro, desde hace unos días, tiene un hogar provisional y ya no tiene esa maldita cuerda en su cuello.
La historia de Sansón es, por desgracia, tan normal que hace daño a esas personas sensibles que la escuchan. Por lo visto iba a ser ahorcado por algún desaprensivo que pensó que la vida de ese animal ya no valía nada. Por alguna circunstancia, el animal escapó de tan terrible destino. Huyó y ha estado vagando durante meses, quizás años, por los barrios de Granada en busca de ese sustento que impone la supervivencia. Eso sí, llevaba en su cuello la marca de ese instinto asesino del que lo quería ahorcar: la soga. Ha crecido con ella y ya adulto, ha estado a punto de morir asfixiado por ella. La soga apenas se le veía, hasta que una mujer lo encontró en La Zubia y se puso en contacto con la Plataforma en Defensa del Animal Abandonado y Maltratado. «Empezamos a reunirnos para poder coger al perro que, por entonces, iba solo. Siempre sin suerte, pues su miedo y su desconfianza hacia el hombre, siempre le hacía huir y se alejaba de nosotros. Para él, éramos sus enemigos». Durante casi seis meses, los miembros de la plataforma fueron tras él. Hasta que, por fin, el pasado martes, lo pudieron coger. «Lo primeros que hicimos fue llevarlo al veterinario. Se le anestesió y allí se le quitó la maldita soga, que ya le pertenecía a su propia carne», dicen los miembros de la plataforma.

Tarea difícil

«Nuestra tarea era difícil. Teníamos que hacerle comprender al animal que todos los humanos no somos iguales, que lo vamos a curar y darle cariño y que, cuanto esté bien, le vamos a buscar un hogar con la seguridad que él necesita», dicen. Ahora Sansón vive en un hueco que alguien le ha dejado en su casa, junto a la perrita Nana, que en los últimos días vagaba con él por La Zubia. Poco a poco, se va curando esa terrible herida que tiene en el cuello. Posiblemente Sansón pueda algún día confiar en la raza humana. «Esperamos que las personas que actúan de la manera tan cruel que lo han hecho con Sansón, reflexionen y piensen en que los animales son seres vivos y que no pueden servir nunca como desahogo», comentan.

La Plataforma en Defensa del Animal Abandonado y Maltratado tiene un objetivo: terminar con el abandono y el maltrato de los animales, además de denunciar a todos aquel, con testigos, que haga daños a mascotas. De hecho, hace unos meses consiguieron con una sentencia que un maltratador fuera condenado con una multa por darle una brutal paliza a su perro.

«Somos simples personas que vamos en contra de quienes hacen maldades a los animales, acogemos en nuestras casas a esos pobres animales que necesitan una caricia y un poco de comida. Somos personas normales, no estamos locas como dicen algunos. Somos trabajadores, amas de casa, pensionistas... Nos quitamos un poco de nuestro tiempo para ofrecérselo a estos animales abandonados y maltratados», comenta Rosa, de la citada plataforma.

Este colectivo, todos los años por estas fechas, tiene un mensaje que dar a los ciudadanos: Que no se regalen animales si luego los dueños no están seguros de que podrán darle el cariño que se merecen. «No regalemos animales para Navidad ni para Reyes, ya que ellos no son juguetes de usar y tirar», dicen como mensaje final.

Ideal, 24/12/2007