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jueves, 8 de marzo de 2007

Un butrón para salvar un perro emparedado

Los bomberos coruñeses rescataron al animal guiándose por sus lamentos

Emparedado y patas arriba. Así pasó gran parte de la noche del martes al miércoles un perro que fue rescatado al mediodía de ayer por los bomberos de A Coruña. La tarea no fue fácil ya que hubieron de hacer un butrón en la pared para extraer al chucho, guiándose para ello de los quejidos del animal. Los ojos de susto del can cuando se vio libre de su encierro lo decían todo y uno de los inquilinos de la zona, que escuchó los ladridos del perro, entendió la angustia canina de unas horas antes.

Los hechos ocurrieron en el número 102-104 de la calle Joaquín Planelles, en el polígono de A Grela, cuando los vecinos empezaron a escuchar los lamentos de un perro. Algunos lo comentaron a primera hora de la mañana de ayer, pero lo extraño era que parecían proceder del hueco, unos 20 centímetros aproximadamente, que separa el bajo del edificio de la nave industrial de al lado.

«Nos avisaron de que por la noche habían escuchado llorar a un perro y se fue para allí el lacero», explicó Rosi Guerra, gerente de la perrera municipal.

También fueron avisados los servicios de Medio Ambiente del Ayuntamiento coruñés, puesto que el muro tras el que estaba el perro era propiedad privada; dichos servicios avisaron a su vez a los bomberos, que al llegar hicieron una inspección para ver la posibilidad de sacar al perro por la parte alta, pero esto no era posible. Al parecer fue precisamente por esa zona casi inaccesible por donde pudo haber caído el chucho, puesto que es casi el único acceso posible para llegar al sitio en el que se encontraba. También les sorprendía que eran cuatro metros de altura y el perro estaba en el suelo, pero patas arriba, ante la imposibilidad de revolverse.

Por si las dificultades fueran pocas, los bomberos hubieron de apartar un tubo que les impedía llegar al perro. La alegría de los bomberos por el rescate, contrastaba con el sustó del animal. El lacero llevó el can al veterinario, aunque no parecía tener daños importantes. A todos los que participaron en el rescate les pareció un bonito animal y aseguraban que si allí mismo lo ponían en adopción tendría un buen número de personas dispuestas a llevárselo a casa.

La Voz de Galicia, 08/03/2007

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