Pasear al perro repercute positivamente en la salud cardiovascular del dueño

Según Félix Vallejo, veterinario de la clínica veterinaria Happy Animal de Madrid, varios estudios norteamericanos avalan que sacar a pasear al perro previene a su dueño de dolencias cardiovasculares, hasta el extremo de que tienen menos probabilidades de sufrir un infarto de miocardio gracias a las bondades del ejercicio físico inherente al simple hecho de caminar.

Lo ideal es que los perros salgan a pasear tres veces al día, mañana, mediodía y noche.

La salida correspondiente a las horas centrales del día serviría para aliviarlos y las otras dos más bien se desarrollarían a manera de esparcimiento. Los perros más pequeños quizá no tengan tanta necesidad de salir a la calle, pero en conjunto a todos les conviene explorar el mundo que les rodea y relacionarse. En épocas calurosas, es mejor pasearlos a primera hora de la mañana o por la noche, en especial los animales geriátricos, los que superan los 6 u 8 años de edad, dependiendo de la raza.

Uno de los grandes errores que los veterinarios detectan en los dueños es el de dejarse arrastrar por el comportamiento de los perros mini (comparten sofá con ellos, etc) y "humanizarlos" dándoles de comer alimentos de consumo humano, una tendencia que no se observa tanto en el trato a perros de mayor tamaño, a los que únicamente se les da pienso. Vallejo afirma categóricamente que todos los perros deben comer pienso porque existen diferentes productos especialmente elaborados en función de la edad y de la raza, factores que influyen decisivamente en los niveles de actividad física del animal y en las necesidades nutricionales que deben satisfacerse. Se recomienda darles alimento un par de veces al día tendiendo en cuenta que, en el caso de los perros gigantes, si se les da de comer una sola vez engullen en exceso y beben mucho, se les dilata el estómago y eso entraña riesgos digestivos que incluso podrían requerir una intervención quirúrgica con carácter de urgencia.

Las mascotas dejan dormir a sus dueños si se las acostumbra a ello y se las educa con ese objetivo, afirma el veterinario. Incluso llegan a entender que existen días especiales, lo que para nosotros serían sábados y domingos, permitiendo a sus propietarios prolongar el sueño. Debe tenerse en cuenta que algunas razas, como los pastores, tienen el instinto de dar una ronda de vigilancia por el domicilio. Que lo hagan con discreción y silencio depende de las enseñanzas de los humanos.

Vivir mejor, 03/08/2007